8.9.06

Wondering

A veces lo que sobran son las preguntas, esa noche fue una de esas oportunidades. Como con temor, me dijo: “problemas… ¿Qué es lo que pensás de los problemas?”. Preguntas difíciles hay muchas, la mayoría de ellas carecen de respuestas. Pero a esta justamente respuestas no le faltan… Esta es una pregunta difícil no por carecer de respuesta, sino porque la misma implica una actitud ante la vida. Una forma de ser, la forma de recibir lo que no queremos. Mi respuesta pareció sorprenderla, se quedó dubitativa por unos momentos y luego disparó lo siguiente: “¿Qué es lo primero que solés hacer con ellos?... digo, por ejemplo, esquivarlos, negarlos, enfrentarlos, mirarlos, gritarles fuerte a la cara y luego quebrar en llanto…”. Dudé por unos instantes que responder. Cada problema nuevo es un nuevo desafío, una situación distinta. Pero luego, en voz baja me hice entender. Se que quizás no sea la mejor forma de reaccionar ante ellos, pero en ese momento sabía que así era como yo era. Los problemas que son solo de mente suelen ser menos complicados, y ella lo sabía, por lo cual no tardó en meter a mis sentimientos en juego. Levantó lentamente su mirada buscando mis ojos, y con voz segura dijo: “Y si sabés que algo te va a traer problemas, pero es algo que querés… ¿Qué hacés?...”. Guardé silencio por unos minutos. Que tanto, pregunté inocentemente. Tanto como lo que estás deseando desde el momento en que comenzamos a hablar… y hablo de problemas serios. Problemas serios, como en los que sabés que te estás metiendo.

Nota: Cualquier parecido con la futura realidad es pura coincidencia.