Extraña Soledad

Podría hablar de las maravillas de este mundo. De como las hojas se mecen con el viento al momento de desprenderse de su rama para lentamente acariciar al suelo, o de como el suspiro del viento parece acariciarnos las mejillas cuando estamos sofocados. Pero quizas al hacer esto, estaría menospreciando muchas de las cosas que desconozco, y caería en la vana idea de que lo increible y maravilloso solo se limita a lo que conocemos.
Podría sentarme y delirar un tiempo, y luego de soñar un nuevo mundo, transportarlo a este plano para el deleite de las mentes de unos pocos, pero hoy no quisiera caer en incertidumbres que solo hacen nuestra vida un poco menos amarga.
También podría hablar de lo que quizás mas conozco en este mundo. Si, asi es, podría hablar de mi. De como una criatura pequeña, metida en una cuna, salió un día a la calle para ver al sol pero que el miedo luego hizo volver gateando. De como ese niño, luego de volver a tomar coraje, corrió al jardín para regresar llorando a su casa debido a una antropofobia en desarrollo. De como se vistió de blanco para afrontar un mundo un poco mas calificado, pero que la suciedad lo hizo volver a entrar a su hogar por miedo a perder su pureza. De como ese, ahora joven, cargó su mochila al hombro y vistiose de azul para usar algunas herramientas mas que primitivas, pero que el miedo a lastimar nuevamente lo hicieron regresar. Ahi posiblemente tendría que detenerme. Hacer una breve pausa. Porque finalmente, luego de varios intentos no volvió a entrar. Se quedó en la puerta, sobre su propia vereda, viendo la vida pasar, esperando, tal vez, que la persona correcta tome su mano para finalmente cruzar de vereda y conocer un poco mas este mundo.